domingo, 31 de octubre de 2010

Temor a la recaída


Los economistas no cesan de advertir de que la crisis financiera no ha concluido, que el sistema financiero no ha reparado sus balances de los desperfectos de la crisis inmobiliaria y que se aproximan tiempos de llanto y crujir de dientes, bien en forma de una nueva recesión, bien de double dip o recaída. Los pronósticos pesimistas tienen como fundamento la debilidad del crecimiento después de que se han retirado las ayudas públicas o los planes de estímulo. Estados Unidos decide que es necesario mantener los estímulos públicos y las ayudas crediticias, situando el precio del dinero en cero o por debajo de cero si es necesario, porque Ben Bernanke es la memoria viva del pánico a la deflación desatado desde la Gran Depresión: y Alemania insta a la austeridad fiscal y monetaria, porque ha heredado el terror a la gran inflación que padeció el país durante los dolientes años que desembocaron en el nazismo.
Ambos temores tienen un grado bien distinto de verosimilitud. Es difícil creer en la amenaza inflacionista porque, a pesar de que la Reserva Federal ha inundado de liquidez los mercados, lo cierto es que hasta ahora la demanda de crédito se ajusta a patrones de austeridad derivadas de las incertidumbres de la demanda y de la rentabilidad. La inflación no ha comparecido; pero la deflación esperada como consecuencia de los casi unánimes programas de ajuste presupuestario en Europa tampoco se ha presentado, aunque no son pocos quienes creen que tarde o temprano aparecerá. El problema es que el plan alemán parece la mejor forma de frenar la recuperación económica en cualquier país que no sea Alemania (que ya está creciendo a tasas satisfactorias). Una mezcla de austeridad pública en todos los países de la zona euro con una política monetaria restrictiva, que es la que se pretende aplicar de forma inmediata a instancias del Bundesbank, puede conducir sin remedio a un periodo de estancamiento o crecimiento raquítico durante un lustro.
Esta discrepancia conduce a un drama que se cuenta mal y se explica peor. Estados Unidos defiende la continuidad de estímulos fiscales porque, además de su miedo a la deflación, el país tiene margen para hacerlo. Acierta porque puede elegir. No está claro que países como España estén en condiciones de desmarcarse de los programas de austeridad que imponen los acreedores y avala Alemania; no pueden elegir. No hay poder político en Europa capaz de torcer la idea merkeliana de los ajustes presupuestarios en cadena, a pesar de que dichos ajustes amplían la posición relativa, en términos de competitividad, de Alemania con el resto de los países del euro.
En el caso de España, la predicción más probable sigue siendo la de un crecimiento débil para 2011. No hay manera de conseguir tasas de crecimiento próximas al 2% (modestas, pero efectivas) si no crece la demanda y no se resuelve el problema de la oferta de crédito. La supuesta reforma financiera española, con su rosario de fusiones frías, calientes y templadas, no es más que el plano a escala de los cambios necesarios. Ahora hay que ejecutarlos: ajustar plantillas, recapitalizar balances, dotar reservas, recuperar depósitos y, por fin, que bancos y cajas se dediquen a prestar dinero a empresas solventes. Pero la ejecución se demora y el crédito sigue sin fluir. No es verdad que la crisis financiera haya concluido.

viernes, 15 de octubre de 2010

El precio de la vivienda vuelve a los niveles de 2005

Los pisos aumentan al 13% su descenso frente a los máximos alcanzados a principios de 2008.- El BCE pide que el ajuste se haga con "más celeridad"



El precio de la vivienda ha vuelto a caer en el tercer trimestre, un 3,5% con respecto al mismo periodo de 2009 y un 0,9% frente al primero. Tras este descenso, el precio medio del metro cuadrado de la vivienda libre baja a 1.832 euros, lo que supone volver a los niveles de 2005 después de tres años de crisis inmobiliaria. Además, desde los máximos alcanzados a principios de 2008, la caída aumenta hasta el 13%, casi un punto más que a finales de junio, según el índice general de precios que ha publicado hoy el Ministerio de Vivienda.

La próxima restricción de la deducción fiscal por compra de vivienda y, con anterioridad, la subida del IVA, han insuflado algo de brío al sector, tal y como se observa en el aumento de las transacciones. La reactivación de las operaciones, además, no se está viendo acompañada por un aumento de los precios tras dos años consecutivos a la baja, aunque esta última tasa del 3,4% es la más baja desde finales de 2008.
El temor de los vendedores a no aprovechar la mayor presencia de compradores que hay ahora en el mercado y tener que afrontar el previsible parón que tendrá lugar durante los primeros meses de 2011 les lleva a ajustar aún más sus precios, según apuntan los expertos y han demostrado hoy los datos publicados por el departamento que dirige la ministra Beatriz Corredor. Aunque para el BCE este proceso debería acelerarse. Contando con la inflación acumulada desde el primer trimestre de 2008,

Diferencias en los descensos


Sin embargo, el descenso no es homogéneo para todas las ciudades ni en todos los barrios, ya que donde la demanda se ha mantenido, las rebajas han sido menos apreciables. De hecho, los pisos han subido en el tercer trimestre en cuatro comunidades: Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Galicia. Por tipo de inmueble, los pisos nuevos (hasta dos años de antigüedad) se han abaratado un 3,4% en tasa interanual, quedando el valor del metro cuadrado en 1.846,7 euros, el mismo que en el segundo trimestre. En el caso de las viviendas de segunda mano, el precio medio se ha situado en 1.827,7 euros, un 1,5% menos que a cierre de junio y un retroceso del 3,3% frente al mismo periodo de 2009. La vivienda de protección, por su parte, costaba 1.148,4 euros, un 0,6% más que en el primer trimestre y un 3,1% más en tasa interanual.
Desde el Ministerio, la directora general de Arquitectura y Política de Vivienda, Angeles Marín, ha descrito la evolución de los precios como una "clara desaceleración" en un contexto en el que "el sector continúa en una tendencia de estabilidad y equilibrio entre oferta y demanda". Además, aunque ha reconocido que el final de la deducción por vivienda habitual para aquellos que tengan una base imponible superior a 24.100 euros puede estar "adelantando las decisiones de compra", ha optado por la prudencia de cara a lo que pueda pasar a principios de 2011. Eso sí, ha matizado que "volver a los años de boom" está totalmente descartado y que lo que se quiere es un "sector viable y sostenible". En cualquier caso, ha recordado que, según datos de la Agencia Tributaria, el 75% de los contribuyentes mantendrían el derecho a la deducción.

Recomendaciones del BCE


El estallido de la burbuja inmobiliaria tras años de sobreexplotación dejó en torno a un millón de casas sin vender, lo que forzó a los promotores e inmobiliarias a bajar precios para darles salida o a traspasárselas a los bancos a cambio de sus deudas. El descenso de precios fue especialmente destacable en algunas zonas de España como el arco mediterráneo y las periferias de las grandes ciudades y capitales de provincia. A finales de 2009, esta cifra se había reducido a unas 700.000. Por este motivo, los expertos sostienen que hasta que no se absorba la mayor parte del stock los precios tendrán que seguir bajando, aunque puede que con menos intensidad.
Sobre este punto, el miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) José Manuel González-Páramo, de visita en España, ha considerado que el descenso registrado en el tercer trimestre es "positivo", aunque ha precisado que este ajuste debería estar produciéndose "con más celeridad". La razón, ha añadido, es para no estar "meses o años" esperando que el valor de las viviendas aterrice y se dé por cerrado el ciclo bajista en el sector residencial.
Tras recordar que el Banco de España venía desde 2004 alertando de que el parque de vivienda estaba sobrevalorado, ha considerado "positivo" que el valor de los inmuebles regrese a sus parámetros reales. En su opinión, ello permite un mejor acceso de los ciudadanos a la vivienda y permite reducir la "incertidumbre" reinante en las entidades financieras, en relación con las provisiones que tienen que reservar por cada vivienda pendiente de venta.

 EL PAÍS - Madrid - 15/10/2010